Animalería: Cuidando la columna de perros y gatos.

Gustavo Reyes @GusMascotas   23/08/2017

Gustavo Reyes @GusMascotas

Nuestros animales domésticos no pasan horas sentados en incómodas sillas de oficina ni levantan bultos pesados. De hecho, mantienen la espalda erguida la mayor parte del tiempo, razón por la cual suelen sufrir menos que nosotros de dolores de espalda. Pero hasta un perro o gato con una postura perfecta puede sufrir una lesión por diversos motivos que van desde su genética, un mal movimiento hasta procesos degenerativos propios de la edad.

Algunas lesiones de espalda se reducen a un simple dolor muscular, cosa que podemos notar cuando el animal llore o se encoja al recibir una palmada de cariño. También es probable que tenga dificultades para subir escaleras o para incorporarse por la mañana. Los animales de compañía también pueden sufrir lesiones en los discos intervertebrales. Estas lesiones pueden producir dolor intenso, falta de control muscular e incluso daños graves en el nervio espinal que podrían conducir a una parálisis.

Las razas más propensas a los problemas de espalda son aquéllas con cuerpo largo y bajo, como el teckel, pequinés, shittzu, o perros más grandes, como el gran danés, el doberman y el pastor alemán. Además, los animales obesos tienen más probabilidades de sufrir lesiones de espalda que los delgados.

Es importante observar y detectar a tiempo cualquiera de estos síntomas:

– Patas delanteras o traseras débiles sin que muestre dolor al tacto

Sequedad de los ojos durante un período prolongado de tiempo

– Si tu mascota te mira fijamente, aulla, maúlla o intenta morderte (o te muerde) cuando es manipulada por la zona alrededor  del pecho

– Espalda encorvada

Espasmos musculares a lo largo de la parte posterior

– Si presenta dolor en la cadera o patas traseras sin que esté diagnosticado o presente signos de artritis canina

– Incomodidad al estar de pie o acostado

– Incapacidad para saltar

En cualquiera de estos casos, debes llevarlo al médico veterinario para que, si lo amerita, sea remitido con el especialista en ortopedia y pueda descartar alguna enfermedad de columna o articulaciones que comprometa su calidad de vida como por ejemplo:

Discopatías: Son las degeneraciones de los discos intervertebrales y la protusión o extrusión del material discal dentro del canal vertebral y causan los síndromes neurológicos más frecuentes en los perros. Los signos clínicos en los casos leves pueden incluir dolor asociado con la columna vertebral, ataxia y paresia. En los casos graves, la parálisis con o sin pérdida de la función sensitiva caudal o posterior a la lesión es típica.

Alteraciones Lumbosacras: Son muchos los nombres utilizados para describir las patologías que afectan a esta zona del esqueleto, que incluyen síndrome de la cola de caballo, estenosis lumbosacra, estenosis lumbosacra degenerativa, enfermedad lumbosacra.

Otro tipo de patologías que afectan a la columna son la displacia de cadera (hablaremos de ella más adelante), las fracturas y luxaciones vertebrales, que suelen ser provocadas por traumas directos, así como los traumatismos medulares.

¿Qué podemos hacer para evitar problemas de columna?

Alimentar a nuestros animales de compañía correctamente durante toda su vida para evitar descalcificaciones y prevenir cualquier proceso óseo o articular. Es importante mantener al animal en un peso adecuado.

• Cuidarlos del frío y la humedad. Que tengan un lugar caliente, blando y reparador donde dormir.

No obligarlos a hacer ejercicios excesivos. Ellos regularán su propia actividad física.

Evitar las escaleras en general  (esto es particularmente importante en los Dachshund o Salchichas).

• Los pisos rugosos o alfombrados facilitarán el agarre al caminar y evitarán resbalones. Los pisos de cerámica muy lisos o los pisos de madera encerados son causa frecuente de resbalones con el resultado de distensiones, torsiones, esguinces, etc.

• Consultar periódicamente al Médico Veterinario para mantener actualizado el plan de vacunas, las desparasitaciones y evaluar regularmente la evolución de cualquier problema crónico osteoarticular.

Si tu perro o gato comienza a caminar “raro” o manifiesta algún dolor no quiere levantarse o deja de comer, son indicativos que existe algún problema. No lo dejes para después y acude de inmediato al Médico Veterinario.

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