Recordando al Duque Blanco
Noticias 212 08/01/2017

Recordando al Duque

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En octubre de 2015 David Bowie supo que no viviría para llegar a los 70 años. El Duque Blanco ya estaba listo para zarpar a otra dimensión el 10 de enero, apenas un par de días de su onomástico. Hoy, el mundo celebra siete décadas del nacimiento del camaleón precursor de un universo musical que no conoce géneros, de la cultura pop, la extravagancia, la estética, la elegancia y lo moralmente diverso, pese a que su cuerpo y mente ya no están presentes.
La BBC estuvo detrás de la celebración con el documental David Bowie: The Last Five Years, una producción que plasmó sus últimos cinco años de vida, el drama que pudo haber vivido al enterarse que su cáncer ya era terminal, la producción de sus últimos discos The Next Day y Blackstar y del video Lazarus.
Me enteré que en la semana que estábamos rodando (Lazarus) que a David dejarían de darle tratamiento y que su enfermedad había ganado”, recuerda Johan Renck, el director del video que se quedó como una despedida con la gran clase que sólo el londinense pudo haber planeado.
A través de los 90 minutos del documental, el realizador revela que el video nada tenía que ver con su padecimiento, sino que carga con un simbolismo bíblico, en el que Bowie se retrataba como el hombre que se iría, pero resucitaría. Un concepto que el músico planeó una semana antes de que él recibiera su diagnóstico mortal.
Tras su fallecimiento, que confirmó su hijo el cineasta Duncan Jones, el mundo le lloró. Los artistas se sumaron al luto con grandes homenajes en voces de Madonna, Elton John, Marylin Manson, Keith Urban, Nicole Kidman, Pixies, Jakob Dylan, Michael Stipe y The Flaming Lips, quienes le rindieron tributo al Duque.
Sin embargo, los más beneficiados fueron los de la industria discográfica, sobre todo su disquera. De acuerdo con medios especializados, su muerte impulsó aún más el renacimiento del vinilo en Reino Unido donde se vendieron 3.2 millones de copias de las cuales 54 mil fueron de Blackstar, que se consagró como el acetato más vendido, además de The Rise and Fall of Ziggy Stardust, Hunky Donky, Nothing Has Changed – The Very Best of y Changesonebowie.
Nacido en Londres el 8 de enero de 1947, David Robert Jones fue el nombre que le otorgó su madre Peggy, una mesera; y su padre John, un oficinista que jamás imaginó que el pequeño sería inspiración para la evolución del rock, del pop, del arte y la moda, que en vida iba a grabar 25 discos con 140 millones de copias vendidas.
A los 15 años formó una banda llamada Konrads, que dejó por las pobres aspiraciones del resto de integrantes. Fue parte de otras cuatro bandas que llevaban influencia soul, jazz, pop, blues y punk. Pero su camino estaría en solitario. El 1 de junio de 1967 lanzó su álbum debut bajo el nombre de David Bowie, uno que eligió para no confundirse con Davy Jones, de The Monkees, y en honor al revolucionario estadunidense Jim Bowie.
Se involucró en el mundo escénico, lo estudió y así comenzó a trazar el camino para la publicación de Space Oddity en 1969, 10 canciones y la introducción al personaje del Mayor Tom, un astronauta que se desata de la Tierra para emprender un viaje más allá de las estrellas.
Creó el personaje de Ziggy Stardust en su quinto material The Rise and Fall of Ziggy Stardust and Spiders from Mars, que quebrantó barreras sexuales, represión, tabúes; profundizó en la exploración sexual y los conservadores valores sociales de 1971. Su look era el de un pelirrojo, ojos sombreados, el clásico rayo del ojo derecho y trajes entallados de colores sicodélicos.
Hasta la actualidad, Bowie es recordado como un símbolo de la moda. Stella McCartney, hija del exbeatle Sir Paul McCartney, dio a conocer su primera línea de moda para hombres de corte ambiguo, inspirada totalmente por el estilo de su padrino, el mismo David Bowie.
En Japón, ayer se inauguró la exhibición David Bowie Is que presume más de 300 artículos como composiciones, discos, artes y vestuario del fallecido cantante, una exposición que ha recibido a más de 1.6 de visitantes alrededor de los nueve países en los que se ha montado.
Low, Heroes y Lodger fueron discos que compusieron una trilogía llamada Berlín. Los 80 lo acercaron al fervor del new wave y los 90 a la electrónica. Fue introducido al Salón de la Fama del Rock and Roll en 1996, pero no acudió y el lugar fue reconocido por Madonna, otra de las artistas que forjaron su camino radical gracias a Bowie.
David se mantuvo alejado en la mayor parte del nuevo milenio, supuestamente por un paro cardiaco que sufrió. Ganó un Grammy por su trayectoria en 2008 y fue hasta 2013 que volvió sorpresivamente con el disco The Next Day, e l cual grabó en secreto en Nueva York, donde vivió un largo tiempo en el anonimato junto a su esposa Iman Abdulmajid y su pequeña Alexandra.
Alcanzó a estrenar su musical Lazarus protagonizado por Michael C. Hall y Cristin Milioti en 2015, el cual recuperó y que tuvo la fortuna de ver.
Bowie ya no daba entrevistas al final de su carrera, pero los que tuvieron la oportunidad de tenerlo de frente atestiguaron a todo un caballero, un completo Duque Blanco de intelecto alto, atento, que no se dejaba engañar por los cuestionamientos, la polémica; respetuoso y hasta de manos santas.
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