LiamPaloo... NO, Migapalooza
Gonzalo Oliveros 04/08/2017

(Foto: @goliveros)

Gonzalo Oliveros | Colaborador
Gonzalo Oliveros lleva más de tres lustros en la creación y producción radiofónica. Comenzó como parte del equipo creativo de NRM, de donde saltó...
La abrupta salida de Liam Gallagher del escenario principal de Lollapalooza hubiera sido la nota principal del primer día de la edición 2017 del festival de no ser por la tormenta. No obstante, la lluvia que canceló los actos principales de este Lola estaba prevista por meteorólogos y chicas del clima, el berrinche del hermano de Noel no.
Los festivales de música viven ciclos que se reflejan en su audiencia. Cada tanto, el público se renueva y muta con lo que, claro, también sus gusto. El festival más importante del Este norteamericano no es la excepción.
Entre las novedades es la mezcla. Hace años, Lola era un festival cuya asistencia era blanca. Los afroamericanos estaban vetados de manera tácita. Ver asistentes negros era casi imposible. En 2017 esto ha cambiado pero, ojo, no es solo por una cuestión de apertura sino de cartel: parte del talento seleccionado para este día parte del trap al hip hop e invita a quienes, ya, representa una transgresión constante hacia la República de Trump.
El día comenzó de forma tradicional con grupos como Honne cuya calidad los puso en radar de más de uno. Sencillos pero contundentes, bajaron del escenario para atestiguar otras bandas que son ejemplo. Hippo Campus ejecuta sin sorprender en el lado contrario de Grant Park y Michel Blume agradece más que a la industria al apoyo que la red le ha dado para crecer como artista.
El Escenario Perry´s es el papel tapiz musical constante. Pareciera que los artistas acuerdan no salir del guión donde la música, el ritmo y la melodía son idénticas. Cuidado: eso no le quita popularidad. Unlike Pluto y Cheat Codes hace honores a lo aquí descrito.
Jain desarrolla un acto donde la simplicidad es todo. Del vestuario a los sneakers utilizados y hasta la puesta de músicos. Tras de ella, Capital Cities llegan a territorio sonoro conocido sanos y salvos. Para quien los ha visto en otros festivales, no sorprenden. Para quien los ve por vez primera tampoco.
En la zona del escenario Grand Park las cosas se ponen interesantes. Temples y The Drums abren el camino para lo que parece un momento memorable. Liam Gallagher sale al escenario principal con su banda. Ejecuta y atrapa, desarrolla, emula sus poses que, en los noventa, capturaron a una generación ávida de nuestros ejemplos -si es que, en algún momento, lo fue-. De pronto, sucede. A los 20 minutos, Liam se despide y el set se convierte en un campo de batalla entre la producción del festival y la del cantante. Como divorcio musical, la presencia de Gallagher es borrada en cuestión de minutos de forma agresiva, como pleito que va más allá de la explicación dada donde el cantante atribuye a una dolencia de garganta su cancelación. Las versiones van desde berrinche hasta revancha y, por supuesto, aquella que se acerca a la realidad: nadie soporta ser un artista de media tabla que no atrae a miles de personas como antaño. Como sea, el plan trazado donde Wonderwall sería la última canción del set queda en el pasado.
Pasado que es borrado en el presente a dos kilómetros. Primero con Suicideboyz y después con Migos, el ritmo de hoy hace temblar de manera literal la tierra. La banda de Atlanta tiene un éxito internacional y varios de manera local pero, sin dudarlo, manejan el escenario (grande o chico, de casa o visitante) de manera única. Representantes de una sociedad más abierta y menos prejuiciosa, por lo menos en el público asistentes. Hay puntos oscuros: un grupo de mexicanos sale del área y comentan "es música de negros". Los mismos que, según un expresidente, no quieren hacer los trabajos que pelean los mexicanos.
CRX hace ruido de aquel que se disfruta al unísono que A-Track o Baauer insisten en su papel tapiz. George Ezra es lo suficientemente educado para obviar la grosería de Cage The Elephant que comienza sin esperar a que acabe. Eso sí, suenan mejor que nunca. Madurez, le llaman.
Wiz Khalifa es el último acto que se presenta completo en el Bud Light Stage. Con un churro gigantesco (como esos qué hay entre la audiencia) Khalifa se regocija en la felicidad colectiva. Se necesitará para la decepción siguiente.
Los organizadores comenzaron a utilizar las notificaciones automáticas para anunciar de la tormenta que se avecinaba. Era momento de sacar los impermeables. No obstante, los ponchos eran poca cosa en comparación al chaparrón que se soltó. pese a ello, Matt Bellami y muchachos que lo acompañan lucharon contra el tiempo. Del otro lado del campo, Lorde no llega a pedir luz verde. El tiempo mejora pero solo para pedir una pausa, pausa que se convierte en anuncio de urgencia: evacuen.
Video lluvioso #lollaRMX pic.twitter.com/SPBljSOqUc
— Gonzalo Oliveros (@goliveros) 4 de agosto de 2017
La gente no quiere moverse pues, parece, no lloverá más. EVACUEN, advierten organizadores y Policia. La razón era obvia: la tormenta azotó. Adultos jóvenes sin camisa, con impermeables, sin zapatos o simplemente empapados buscan una salida para llegar a un resguardo. La lluvia dura 20 minutos, lo suficiente para terminar con la diversión del día y las expectativas de ver los shows estelares.
La organización y bandas se lamentan. El consuelo es que el talento del día siguiente logre matar el maleficio: The Killers y Blink 182 esperan mejores tiempos.
Literalmente.
Sigue aquì la transmisiòn en vivo del #LollaRMX.
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