Mi primer recuerdo de RMX, hace 11 años las cosas eran más fáciles
Gonzalo Oliveros 30/01/2017


Gonzalo Oliveros | Colaborador
Gonzalo Oliveros lleva más de tres lustros en la creación y producción radiofónica. Comenzó como parte del equipo creativo de NRM, de donde saltó...
Los blancos y negros eran más sencillos de diferenciar. Por increíble que parezca, en una década y un año, la saturación de información ha logrado que la gente no acepte la verdad, sino que conciba la suya, sin posibilidad de contraste.
La música volaba por el internet en 2006, pero no en streaming sino en forma de fichas contenidas en mp3s que se intercambiaban en torrents y en disco vendidos en puestos ambulantes. La aparición de artistas independientes era la novedad y no la norma. Las compañías disqueras eran, aun, quienes controlaban el negocio a través de payolas y amiguismos. De hecho, aun hay quienes en 2017 piensan que sigue siendo igual.
La politica no se descomponía en enero de 2006. López Obrador insistía en que ganaría por una diferencia de 10 puntos y Felipe Calderón se veía en la lejanía de posibilidades de ser Presidente.
No existían los teléfonos inteligentes y el smartphone mas smart era un Motorola que tomaba fotos y podía guardar algunas canciones. Blackberry gobernaba las manos de empresarios y políticos al arrebatarle a Palm la obsesiva necesidad de sentirse moderno.
Hace 11 años, el activismo era disminuido y señalado, los emprendedores ignorados o catalogados como ‘microempresarios’ y las campañas para conseguir fondos se limitaban a patrocinios o vulgares boteos.
En ese bosquejo nació RMX. Sin redes sociales, sin instalaciones ni oficinas, sin presupuesto, sin expectativas por parte de la mayoría. Siempre cuestionada, a veces atacada, siempre señalada.
Como lo es siempre lo que cambia las cosas.
‘Reinventamos la Radio’ era nuestro slogan. Se escuchaba pomposo y soberbio, pero decidimos llevarlo al límite.
Sin oficinas pero con cabinas en los puntos cardinales de esta nación: Sur, Centro, Norte, Occidente y Oriente. Sin grandes equipos pero con coberturas de todo y en todos lados: festivales, elecciones, eventos deportivos y culturales. Todos con audio fiel al lugar. Todos, con calidad óptima.
Entrevistamos a Pearl Jam en un consultorio dental que, en realidad, es su buhardilla. Aguantamos la falta de maquillaje de Brandon Flowers. Rompimos parejas y convertimos a Joe Ramone/Louis Armstrong en un himno cada mañana.
Rediseñamos el término Cadena Nacional y demostramos que el talento se encuentra más allá del centro. El país conoció a Rascol, Vargas, Jair, Pablo, Zarzosa, Robatero, Peez, Tiro, Pada, Madela, Morris y hasta un Cerdo Capitalista.
Decidimos que la radio juvenil no bastaba reflejar la protesta sino ser un verdadero vehículo de comunicación, unión y respuesta. Privilegiamos el vivo y el compromiso de estar contra cualquier circunstancia y contra todo pronóstico. No ser líderes, sino partícipes de un cambio cultural.
Abrimos el micrófono a palabras como gay, marihuana, aborto, eutanasia, ciclista -tanto al real como al encubierto dentro de su partido-. Rompimos la censura y rompimos la idea de que el que piensa distinto siempre será nuestro adversario. Ninguna mentira más grande que esa.
Diseñamos un golpe de estado matutino y un llamado dominical a misa, un relato reciente y rescatamos un lobby de un agente secreto.
Apareció Gustavo Ontiveros en un carro de golf y, junto con todos, construimos el Festival Gratuito Más grande del país. Nos llovió y, pese a ello, recuperamos las calles para la gente, contra la inseguridad, la corrupción y la incredulidad.
Sumamos y restamos frecuencias en el país. Entramos por páginas de internet y apps. Sentimos la emoción de ayudarnos a conseguir aventón y a cantar, con miles, mientras Yoann Lamoine se quedaba sin palabras.
Cada recuerdo es el primero, desde los primeros acordes de los Stones a las 0 horas del 30/1/06 hasta un HT convertido en tendencia mundial desde la etapa donde queremos reiniciar la Radio con algo más que música.
Muchas anécdotas, muchos logros. Pero, a 11 años de comenzar, no estamos satisfechos.
Es hora de desarrollar nuevas ideas, de encontrar nuevos talentos en todos lados, de ensanchar el foro y enfrentar, otra vez más, alertas y desconfianzas, ataques e hipocresías. Como lo hace cualquiera que busca cambiar las cosas.
Y eso queremos, todos.
Una vez más.
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