Buen viaje 'Citla', el héroe canino de las montañas

Redacción   29/09/2017

Redacción

Citla era un perro mestizo y rescatista, quien salvó la vida de varios montañistas en el Pico de Orizaba, Veracruz. 

El can sobrevivió al frío del volcán durante 14 años, tiempo por el que fue guía de alpinistas, ayudándoles a no perderse en la montaña. 

Citla, el héroe canino de las montañas, murió este 28 de septiembre a causa de cáncer de hígado. Su familia, le agradeció la compañia durante este tiempo, y con un 'sepelio', despidieron a su peludo amigo de cuatro patas. 

La Leyenda

Fue en octubre de 2012 cuando una familia compuesta por siete integrantes procedentes de Orizaba, Veracruz y del Distrito Federal, habían acordado hacer un ascenso a el Citlaltépetl. El plan era verse en el Valle del Encuentro a 4 mil metros sobre el nivel del mar y de ahí caminar al refugio Fausto González Gomar, a 4 mil 660 metros en la cara sur volcán.

Los cuatro procedentes de Orizaba llegaron a la hora acordada, pero el resto lo hizo hasta las ocho de la noche. A esa hora emprendieron el ascenso, pero los sorprendió una terrible tormenta de nieve que cubrió los caminos con 20 centímetros de espesor. El frío y la hipotermia hacían estragos en todos, entre ellos niños.

A las dos de la mañana la nevada comenzó a ceder, pero el frío y el cansancio los hacía caminar muy despacio. A lo lejos escucharon los ladridos de un perro.

La familia pensó que estaban cerca unos pastores y caminaron hacia el ladrido y de pronto se apareció Citla”, rememora Hilario Aguilar.

El animal movía la cola, comenzó a caminar y esperar que lo alcanzaran. Se sentaba llamando al grupo en desgracia y cuando llegaban a él, nuevamente emprendía el camino, a paso lento, hasta que los hizo llegar al refugio.

Con gran alegría, dice el relato, entraron a la cabaña buscando al dueño del perrito que los había salvado, pero ninguna persona se hallaba en el lugar… gritaban, chiaban y nadie se apareció… no sabían que se encontraron con El Ángel Guardián de la Montaña. 

Entre sus proesas también se cuenta el haber recorrido, junto a guías de la región de Tlachichuca, de manera horizontal la gran montaña, desde la cara sur hasta la norte, con sus ocho kilómetros a casi 5 mil metros sobre el nivel del mar. Los guías contaban que era común encontrarlo en las partes altas divisando las rutas de ascenso para observar si llegan visitantes y acompañarlos, para luego perderse en los agrestes caminos y en la blanca nieve, donde siempre esperará a los hombres para ayudarlos.

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