Animalería: Higiene bucal de nuestras mascotas (Parte 1)

Rocío Gómez   16/02/2017

Rocío Gómez

El sarro en dientes de perros y gatos en un inicio se produce con la placa dento-bacteriana, a la cual se agregan restos de la comida que se va descomponiendo, calcio y bacterias. Se crea sobre todo en el espacio que hay entre los dientes y las encías y si no se trata a tiempo, va extendiéndose por el resto de estructuras bucales, afectándolas e incluso derivando en infecciones y enfermedades secundarias más graves.

Todos los gatos y perros pueden padecer sarro y sus consecuencias, pero la edad es un factor que influye ya que en ambos casos el sarro comenzará a aparecer a partir de los 3 años de edad. También los perros y gatos enfermos tienden a tener más sarro y ello podría deberse por una escasez de saliva, que su sistema inmunológico se encuentre débil o por cambios en el pH de la boca.

En el caso de los perros se ha podido comprobar que ciertas razas tienen una mayor predisposición a desarrollar sarro: Los perros pequeños y/o con el hocico corto normalmente suelen tener los dientes más separados o montados entre sí, lo que provoca que no puedan eliminar los desechos de la comida y se deposite fácilmente entre los dientes.

La mala higiene bucal y la acumulación de sarro en nuestras mascotas pueden traer muchos problemas y enfermedades. Estos son los más comunes:

Mal aliento o halitosis: Es el primer síntoma de sarro en la boca de nuestras mascotas. El mal olor proviene de la descomposición de los residuos de alimentos acumulados entre los dientes y las encías y detectarse a cierta distancia. Es importante consultar al veterinario ya que se puede complicar el problema y derivarse en otras enfermedades.

 

Gingivitis: Esta enfermedad se empieza a dar cuando comienza la presencia de sarro en la boca de nuestras mascotas. Las encías se inflaman, se enrojecen y con el paso de los días se van retrayendo y finalmente queda descubierta la raíz del diente afectado. Esto acaba siendo muy doloroso para ellos. Si no lo hacemos pronto, la raíz dental expuesta se va deteriorando rápidamente y se reabsorbe lo que puede provocar la pérdida total de la pieza dental afectada y la exposición del hueso a infecciones secundarias.

Enfermedad periodontal: Lo que comienza con sarro, halitosis y gingivitis acaba siendo un problema muy grave que puede ocasionar la muerte del animal. Cuando una pieza dental se deteriora también afecta a las demás, sus raíces, el maxilar, la mandíbula, el paladar, etc. Les produce un dolor enorme que puede llevarlos a dejar de comer muy fácilmente y la única forma de combatirla es realizar una limpieza de boca profesional junto con un tratamiento antibiótico y antiinflamatorio, además de un seguimiento adecuado.

Infecciones secundarias: Pueden derivarse en problemas cardíacos, intestinales, hepáticos y renales, por lo que conllevan un riesgo de muerte. Las infecciones secundarias que comienzan en las encías o en los huesos de la mandíbula o el maxilar, producen abscesos que siguen avanzando por los tejidos de la boca y que acaban afectando al hocico, nariz y ojos de nuestra mascota.

En el caso de los perros se ha podido comprobar que ciertas razas tienen una mayor predisposición a desarrollar sarro. Los perros pequeños y/o con el hocico corto normalmente suelen tener los dientes más separados o montados entre sí, lo que provoca que no puedan eliminar los desechos de la comida y se deposite fácilmente entre los dientes. También los perros enfermos tienden a tener más sarro y ello podría deberse por una escasez de saliva, que su sistema inmunológico se encuentre débil o por cambios en el pH de la boca.

Continuará…

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