Animalería: Eliminando la idea de "Líder de la Manada"
Gustavo Reyes @GusMascotas Fotos: Pixabay 02/08/2018


Gustavo Reyes @GusMascotas Fotos: Pixabay
Veterinarios y etólogos dedicados a la investigación han evidenciado, mediante estudios científicos, que es erróneo explicar el comportamiento de nuestros perros a través de las relaciones de dominancia (porque, de hecho, tampoco sirve del todo para explicar el comportamiento de las manadas de lobos salvajes).
El modelo alpha de dominancia se gestó en unos estudios sobre manadas de lobos en los años 40. Realizados por David Mech y basados en observaciones realizadas en esa época a manadas de lobos en cautiverio (pues no era fácil estudiar una manada de lobos en libertad), se obtuvieron algunas conclusiones erróneas cuya sombra llega hasta nuestros días. Por ejempl:o el llamado alpha roll o líder de la manada.
Hoy en día se sabe que los lobos, cuando han sido estudiados en condiciones de libertad y no en cautividad, muestran una proporción muy baja de conductas agresivas hacia miembros de su propia manada. Su estructura es la de una familia, con el padre y la madre (la pareja reproductora) y los cachorros de ese año y el anterior. Cada miembro ocupa su lugar en la manada y raramente se producen conflictos. Existe una jerarquía, pero no se establece mediante la lucha sino que tiene un origen afiliativo (el que es mejor para cazar lo hace, quien es mejor rastreador, asume ese papel, etc.) Además, las posturas de sumisión nunca son forzadas por parte de un individuo a otro sino que son adoptadas de forma natural y voluntaria (algo así como cuando no quieres tener broncas con tus papás por llegar tarde de la fiesta y prefieres asumir el regaño).

La cooperación y la cohesión del grupo resultan mucho más importantes para la supervivencia de la manada que la agresividad y la confrontación. No se ha reportado ni un solo caso en el que un lobo revuelque a otro y le obligue a colocarse boca arriba en posición de sumisión.
En cautividad, las manadas están formadas por lobos de procedencias diversas, de manera que al romperse la unidad familiar es cuando aparecen los conflictos.
En libertad, además, los animales que se relacionan repetidamente mediante la fuerza bruta acaban siendo eliminados por selección natural ya que ese tipo de comportamiento requiere demasiada energía y supone para el animal el riesgo de resultar herido, muerto o depredado durante la disputa.
Por ello el error, de quienes asumen esta teoría del “líder de la manada”, ha sido extrapolar la observación de manadas en cautividad al perro doméstico como en su momento lo hizo Mech.
Años más tarde, al observar que no es el mismo comportamiento de los lobos en cautiverio a aquellos que se desarrollan de manera libre, el profesor David Mech, afirmó que la teoría del modelo alpha de dominancia no se podía aplicar a los lobos que viven de manera libre ya que no existe endogamia en las manadas de lobos, así que es bastante improbable que entre hermanos se produzca lucha por las hembras. Es decir que cuando los machos crecen lo suficiente, suelen separarse de la manada para formar su propia familia. Las hembras, si hay abundancia de recursos, pueden quedarse más tiempo e incluso ayudar a criar a la próxima camada.
En una familia de humanos ocurre algo parecido: cuando los hijos crecen no intentan ocupar el lugar del padre (y si lo hacen es porque existe algún problema serio), simplemente cuando sienten la necesidad de formar una familia o de ver mundo y además escasean los recursos (espacio en casa, etc), se van.
En un seminario se le preguntaba a David Mech quién come primero en una manada de lobos. La respuesta no deja lugar a dudas: “Tras la caza, si la presa es pequeña, comen antes los padres, con la finalidad de poder regurgitar comida suficiente para los cachorros más pequeños y por tanto, más débiles. Sus hermanos mayores, al ser más fuertes, deberán esperar a comer los restos. Si la presa es grande, comen todos a la vez, indistintamente de quiénes sean”. Además, añade: “El macho cederá su comida a la hembra cuando estén criando alguna camada, para asegurar la supervivencia de sus genes”.
Por cierto, un dato importante es que David Mech prefirió dejar de usar el término “alpha” por las connotaciones que tiene y utilizar “padres” y “pareja reproductora”.

La teoría de la dominancia en realidad les es muy útil a algunos para justificar cualquier cosa que quieran hacer con un perro: como ante todo hay que quedar por encima del perro, y con ello cualquier técnica de tortura es válida.
Veamos algunos ejemplos:
1.- Respecto a la supuesta TÉCNICA DE DAR MORDISCOS EN EL CUELLO AL PERRO porque es lo que se supone que le haría la madre, Mech responde: “Los lobos adultos, generalmente los padres, pueden coger a sus crías del cuello o para trasladarlas a otro sitio, a veces durante kilómetros, o para tumbarlos en el suelo tratando de inmovilizarlas para que no se alejen de la madriguera, soltándolos y dándose la vuelta para que el cachorro les siga. Es más una forma de evitar que se alejen a que sea un "castigo”.
2.- Pasar por delante de ti en las puertas o tirar de la correa son claros indicios de que intenta dominarte. Punto uno: en el campo no hay puertas y los lobos al momento de cazar están concentrados en obtener el alimento, por lo que su menor preocupación es descuidar su “complejo roll dentro de la manada” en la cual por ningún motivo, como lo veríamos en un partido de futbol, podrían pasearse frente al lobo que podría ser considerado el “Alpha” ya que de hacerlo les estarían marcando una falta terrible. LOS LOBOS QUIEREN COMER Y LES INTERESA SIMPLEMENTE OBTENER SU ALIMENTO (supervivencia básica). Por ello que cuando saques a pasear a tu perro y éste se adelante, NO SIGNIFICA QUE TE QUIERE DOMINAR, una porque él no sale buscando su alimento lo único que quiere es explorar y oler el mundo de manera recreativa no porque quiera quitarte el roll que ocupas dentro de tu familia humana.

3.- Un perro que no te obedece, es porque está tratando de apoderarse de tu manada o lo que tu llamarías familia. Según este punto de vista el perro quiere ser tu líder, robarte tu esposa, hijos, quedarse con tu empleo, laborar más de ocho horas diarias, para llevar el alimento a su familia robada y comenzar un plan malévolo para dominar al mundo. Definitivamente por si lo dudabas, ESTO NO ES CIERTO , para empezar porque ni los perros forman manadas, ni nos consideran remotamente como un igual dentro de su misma especie.
¿Qué es una manada? “UN GRUPO DE ANIMALES DE UNA MISMA ESPECIE”. Los perros por lo general conviven con humanos, por ello desarrollan apego por su cuidador sobre los demás. Es decir, los perros prefieren estar con su tutor (humano) más que con otros perros, así sean 100, ya que durante todos estos miles de años que se han desarrollado a nuestro lado han descubierto que obtienen beneficios al estar a nuestro lado.
Entonces ¿no hay manadas en perros? La respuesta es NO Simplemente porque los perros no se organizan para cazar y no necesitan una organización social compleja, o formar manadas. Se han alimentado al menos durante los últimos 15 mil años de los restos que dejan los humanos. Incluso los perros callejeros, estudiados lejos de asentamientos humanos, son carroñeros o cazan presas pequeñas: no necesitan la ayuda para alimentarse. Es más, los de su especie serían competidores directos, por lo que sería contraproducente formar manadas.

¿Podemos considerarnos el líder de la “manada”?
Aparte del hecho de que son los lobos y no los perros domésticos, los que viven en manada, tengamos en cuenta: los perros no nos ven como perros, saben perfectamente que somos humanos. No tenemos que ser líderes de su presunto sistema social, tenemos que ser humanos y ser la especie “inteligente” la que aprende, provee y enseña.
¿Y los perros controladores, agresivos o “dominantes”?
Los perros que retan o amenazan no lo hacen porque quieran ser líderes de la manada. Lo hacen porque nosotros no comprendemos su lenguaje, su manera de aprender, de socializar y no hemos sido capaces de enseñarles cómo cooperar pacíficamente y tener una manera diferente y aceptable de comportarse.
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