Reseña: La catársis de The Chemical Brothers en 'No Geography'

El mundo no es el mismo desde que The Chemical Brothers lanzó su octavo trabajo discográfico, Born In The Echoes en 2015. 

La disfuncional sociedad estadounidense puso al frente de su gobierno a un racista llamado Donald Trump; Gran Bretaña (país de origen del dúo) ha buscado independizarse de la Unión Europea, mientras del otro lado del mundo, en Latinoamérica, ideologías de antaño han resucitado para incrustarse una vez más en la vida política. 

El mundo está cada vez más globalizado y las limitantes del idioma se están desvaneciendo. En la música mainstream, el español ha ganado un terreno importante en la industria con el reggaetón mientras el hip hop y la electrónica son dominantes. 

En su nuevo álbum de estudio, No Geography, lanzado este 12 de abril de 2019, The Chemical Brothers retrata la respuesta colectiva ante estos sucesos a través de nuevas capas sonoras creadas con sus sintetizadores y cajas de ritmo. 

Producido en los estudios donde grabaron sus primeros dos álbumes Exit Planet Dust y Dig Your Own Hole, el material discográfico logra transmitir una catársis. 

Desde “Eve Of Destruction”, donde hay reminiscencia al acid house de sus inicios, hasta los sencillos como “Free Yourself” y “MAH”, existe una constante sensación de liberación. 

En “No Geography” y “Got To Keep On” se encuentra el núcleo del disco. Incluso, la última canción del álbum, “Catch Me I’m Falling”, se impregna del estilo EDM que tanta popularidad ha tenido en los últimos años. 

El mensaje es constante desde la portada; que parece una referencia a obras como Full Metal Jacket de Stanley Kubrick: el mundo vive tiempos extraños. 

Tom Rowlands y Ed Simons nos recuerdan, una vez más, que el mundo tiene que unirse ante la vorágine social del retroceso por medio del arte.