Rockstar en silla de ruedas
Abraham Nava 22/03/2017

Abraham Nava
“Para mí el Vive Latino es un ritual, es como regresar al pasado, pero también disfrutar el presente, la verdad significa muchísimas cosas” Jenny Bautista fue una de las protagonistas de la edición número 18 del festival Iberoamericano de Cultura Musical registrado el 18 y 19 de marzo en el foro Sol. Ella fue parte de 50 invitados por Restart, una fundación y medio de comunicación especializados en personas con discapacidad (PCD). Jenny rodó durante dos días por todo el festival a bordo de su silla de ruedas color rosa, acompañada por su amigo Alain Zamudio también en silla de ruedas.
“Definitivamente es mejor que el VIP, porque en un VIP tú pagas todo y resulta que Restart te paga boletos, te invita de tu casa hacia acá si no tienes como venir; llegas en Uber; hay bebida, comida, quienes los patrocinan dan una bolsa de regalos, está súper padre, creo que nunca había vivido una experiencia así pues he ido a varios conciertos y varios Vive Latino y nada que ver con esto”, comenta la joven que luce una chamarra de mezclilla y unos lentes para el sol.
Desde su llegada al foro comenzó el trato que marca la diferencia de Restart con las demás zonas para personas con discapacidad. Les fueron entregadas sus pulseras de acceso y les indicaron donde estacionar el auto de Alain en espacios cercanos a la puerta de acceso. Podían ir acompañados con una persona, pero si no, personal de seguridad los ayudaba a subir la rampa de las plataformas donde tendrían una buena vista de las actuaciones de los artistas.
“Abajo no vemos nada, solo vemos pompis, aquí arriba podemos ver lo que muchos no pueden ver, entonces la verdad no solo son incluyentes sino que nos dan preferencia”, relata Jenny.
Además de la comida y bebidas durante las jornadas, algunos artistas del cártel se acercaron a convivir con ellos, en esta ocasión fueron Manuel de la Tremenda Corte, Little Jesus, Chingadazo de Kung Fu y las japonesas 5,6,7,8´s. “Es casi como si fuéramos rockstars”, asegura Jenny.
Una marca de ropa y tenis fueron de los principales benefactores para la causa de Restart, regalando, playeras y sudaderas a los invitados de las plataformas, a Jenny incluso le regalaron un tatuaje en la espalda con la leyenda “Skate and die”, este es su segundo rayón en la piel, el primero se lo hizo en 2015 también en el Vive Latino y patrocinado por la misma marca. “Sin límites” se puede leer en su antebrazo derecho, 2008 era la última vez que había pisado el foro sol pues en 2009 no pudo llegar a los conciertos.
“Venía rumbo al Vive y tuve un accidente mis vértebras explotaron y pasaron un sinfín de cosas con mi cuerpo, ya no voy a volver a caminar debido a una lesión medular pero eso no impide que yo quiera venir y sentir la música, el ambiente, la gente; el Vive Latino es para mí no solo un festival, ahora ya con la discapacidad y con toda esta onda de que ya vuelvo a ser independiente es como volver a reencontrarme, es una vida sin límites.”
Al final del programa de presentaciones del domingo Jenny no puede dejar de sonreír, asegura que la experiencia con Restart supera las veces anteriores que acudió incluso las de 2006, 2007 y 2008 cuando aún caminaba. Rodando con su silla rosa se perdió entre la multitud, el lunes por ser feriado no acudiría a su trabajo, situación que aprovecharía para descansar de su extenuante jornada en el que ya es su festival de música favorito.
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