Animalería: Paseos sin ladridos
Gustavo Reyes @GusMascotas 11/08/2017


Gustavo Reyes @GusMascotas
¿Estás cansado de buscar la hora adecuada para sacar a pasear a tu perro?¿De ir por la calle vigilando que no se cruce otro perro en tu camino por temor a iniciar un concierto de ladridos? ¿Pasas vergüenza o miedo cada vez que se pone a ladrar como histérico? Convivir con un perro que reacciona y ladra a todo estímulo es una auténtica pesadilla para ti y por supuesto, para él.

Cuando tu perro ladra de manera incontrolada a todo lo que se mueve, ya sean perros y/o personas, se dice que es un perro reactivo. Además, es algo que comúnmente ocurre cuando va pegado a ti de una correa muy ajustada, y que si te has atrevido a probar, esta conducta desaparece en cuanto lo dejas un poco más libre o incluso suelto.

¿Significa esto que tu perro es agresivo? Rotundamente NO, lo sucede es que lo que tu perro en muchas ocasiones lo que tiene es MIEDO. Pretende con los ladridos alejar aquello que le asusta. Es la forma más “efectiva” que ha encontrado para evitar lo que no le gusta. Puede ocurrir que en algún momento haya tenido que llegar a morder para alejar ese estímulo. En estos casos ha aprendido que ese último recurso funciona y desde entonces será todo más peligroso. La diferencia entre un perro reactivo y otro agresivo es que el agresivo lo es independientemente de que vaya atado o no (Entre otras causas que puedes consultar en las notas de Animaleria).
Posible origen y causas: En cada caso puede haber un motivo diferente, pero la mayoría se debe a un manejo inadecuado de la correa, ya sea porque la tensamos en presencia de otros perros, porque damos un tirón cuando los vemos, porque quiere “saludarles” y no le dejamos acercarse… Hay muchas causas para que un perro pueda acabar siendo reactivo. Si además es adoptado, nunca llegarás a saber por qué es así, pero eso no debería preocuparte a la hora de trabajar para su recuperación.
¿Por qué ladra?: Lo que ocurre con los perros reactivos es que para hacer frente a su miedo hacia cosas a las que no están habituados (como personas, otros perros, objetos en movimiento,…) ladran, y ladran efectivamente como si les fuese la vida en ello. Porque han comprobado que es la manera más “eficaz” de mantener alejado eso que les asusta o incomoda.

¿Cómo afrontarlo?: Una vez que tenemos claro porqué se pone así nuestro perro es hora de ver cómo podemos ayudarle. Lo primero es hacer un estudio de la situación:
¿ En qué momentos sucede?
¿Hay señales previas?
¿Qué alternativas utilizas?
Debes hacer un listado con todo aquello que le active, para posteriormente ir trabajándolo de menor a mayor intensidad. Además, tendrás que realizar un seguimiento. Es importante que tomes nota de la evolución. Ya que ésta no será progresiva, habrá altibajos y seguro que recaídas. Tenlo en cuenta. La recuperación de un caso así siempre es larga.

De primera debes EVITAR todo aquello que le active. Por ahora no estarás trabajando el problema, solo evitándolo. ¿Por qué? Porque tu perro no es capaz de afrontarlo y necesitamos rebajar sus niveles de ansiedad para que deje de ver las cosas como una amenaza. Necesitarás meterlo en una pequeña burbuja de la que saldrá poco a poco.
Para comenzar:
Establece una rutina de paseos, comida, descansos… es importante que tu perro pueda predecir su vida para que se relaje.
Estimúlalo mentalmente repartiendo la comida en varios horarios e incluso introdúcela en juguetes interactivos para que se esfuerce en conseguirla
Suprime cualquier tipo de castigo como los tirones de correa, gritos, sonidos molestos y demás cosas que vemos en televisión y que ponemos en práctica sin antes asesorarnos personalmente por un especialista.

Consigue una correa adecuada, la cual debe de ser de mínimo 2 metros de largo para permitirle a tu perro tener mayor libertad de movimientos.
Enséñale comandos de obediencia básicos como quieto, sentado, ven, echado, para que de ser necesario tu perro pueda reaccionar ante alguna situación de estrés, puedas tener un mayor control de la situación.
Algo muy importante es procurar sacar a tu perro a pasear en horarios y lugares en los que no se encuentre con aquello que genera sus miedos, no lo enfrentes a esa situación hasta que veas que ha modificado poco a poco su conducta y que los paseos son cada día más relajados.

En determinados casos hay perros que para modificar sus conductas necesitan ayuda a través de medicamentos que les relajen. Pero si este es tu caso, necesitarás la ayuda de un profesional. Contacta con uno antes y por supuesto, acude a tu veterinario para que sea él quien determine el tratamiento.
COMPARTE TU OPINIÓN